viernes, 8 de junio de 2007

Debilidades del pago por click

A cuento de la entrada anterior y la absurda posibilidad de boicotear una empresa cuando clientes insatisfechos hacen click en sus anuncios, le he estado dando un poco vueltas en la cabeza.

Como cuestión previa, no estoy tan zumbado como para no darme cuenta de que la debilidad de la que hablo tiene una aplicación práctica casi nula. Hay pocos bichos raros que en medio de su navegación, se den cuenta de que hay un anuncio de una empresa con la que tienen problemas, y se decidan hacer click en el anuncio sólo por hacer la puñeta. Sin embargo, no hay que menospreciar el cabreo de la gente. Y desde luego, el efecto puede cambiar si hay concertación (un grupo se pone de acuerdo, por ejemplo avisando dónde se pueden encontrar los anuncios y a qué horas). En una situación política como la española en la que hay mucha polarización, el efecto puede no ser desdeñable con referencia en anuncios de partidos políticos, sobre los que hacen click simpatizantes del adversario.

Más allá de ello, y entrando en faena, lo primero es darse cuenta de si los clicks serían considerados como inválidos.

Evidentemente, si un usuario se dedica a hacer clicks en un anuncio, el sistema lo detecta. Igualmente parece que se está detectando si se hace uso de herramientas automatizadas de click, o si el usuario que llega a la página destino sale automáticamente. Parece que también se están detectando las granjas de fraude en los click: sitios web en los que se paga a personas para que hagan click (a menudo en el tercer mundo donde la mano de obra es muy barata).

Sin embargo, la idea que mencionaba tiene una naturaleza completamente distribuida. Un grupo de clientes se dedica a hacer un click de vez en cuando, en los anuncios de la empresa correspondiente. A todos los efectos eres un usuario legítimo. Solo que no eres un usuario interesado en comprar, sino un usuario interesado en no comprar.

La segunda idea que quería mencionar es que la debilidad es del pago por click. No se me ocurre cómo trasladar de una forma sencilla la debilidad propuesta a pago por impresión, o a pago por acción. Estas variedades de publicidad no serían vulnerables a este tipo de ataque (aunque tengan cada uno sus propios problemas).

Lo tercero que quería indicar es que si este modelo se generalizara, al final se acabaría penalizando precisamente a las empresas con peor fama. En cierta manera actuaría como el Quality score de Google, que hace que las páginas con peor contenido tengan que pagar más para obtener los mismos resultados. (Con independencia de preguntarse si a veces merece la pena pagar más). En el caso propuesto, las páginas correspondientes a empresas con peor relación con el cliente, tendrían que poner más dinero encima de la mesa para conseguir llegar al cliente "interesante".

1 comentario:

Alejandro dijo...

Que pasa Gonzalo! ¿Que es de tu vida?
Soy Alejandro.

Quiero fotos de ti, tu mujer y tus churumbeles. ¡Ya!

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bon.alejandro@gmail.com